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Yo era pequeña y me gustaba muchísimo aquellas gaseosas, que eran riquísimas. Tanto que mi madre para que llevara las vacas a pastar al prado, me tenía que dar además del pan y el chorizo una gaseosa. Lamentablemente no recuerdo mayores detalles. De todos modos, veré si puedo conseguir el número telefónico del único propietario que aún vive, y tiene su residencia en A Rúa de Petín, es Francisco (Quico) Lameiro. Cualquier novedad se la transmito por este medio o directamente a Secundino Lorenzo, hijo adoptivo de Alberguería y nuestro querido vecino del corazón. SEMPRE ALBERGUERÍA !!!!
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